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Foto del escritorJulia Dalmases Sitja

Menstruación natural

Bienvenidos de nuevo a Way to Zero Waste, hoy os traemos tres alternativas menstruales para todas aquellas mujeres que quieren llevar un estilo de vida cero residuos o quieren informarse sobre las alternativas a las compresas y tampones.




¿Cuál es el problema?


Las mujeres tenemos una media de 520 ciclos a lo largo nuestra vida (40 años) y usamos un total de 18 tampones o compresas en cada menstruación (a lo bajo), lo que supone 234 tampones o compresas al año y 9360 a lo largo de toda nuestra vida. Todos estos residuos compuestos por todos esos tampones o compresas con tus envoltorios, cajas y aplicadores suponen unos 136 kilos, lo que a escala global supondría el 0,5 de la basura que llega a los vertederos desde nuestras casas.


Vamos a ver ejemplos de la composición de dos productos mensuales increíblemente contaminantes:


- La composición de los tampones Tampax: algodón, rayón (una fibra artificial hecha a base de celulosa) y poliéster o polipropileno (plasticorro puro).


- Las compresas de Ausonia según la propia marca: «La capa superficial de nuestros productos es de polietileno con microporos, para facilitar el paso del flujo menstrual al interior de la compresa. Una segunda capa de poliéster y viscosa facilita la dispersión del flujo hacia el núcleo absorbente, formado por un tissue de celulosa y gel absorbente, que impide, por la presión del peso corporal, que el flujo vuelva a salir al exterior. Finalmente, una lámina de polietileno impermeable dificulta que se produzcan escapes que manchen la ropa interior” Lo que se traduce en 3 capas de plástico y una de celulosa. Las compresas están fabricadas, en su mayoría, con un 90% de plástico.



El coste ecológico de los productos menstruales de un solo uso


Según un informe de Zero Waste Europe realizado en el ámbito europeo, muchas veces estos productos se tiran por el inodoro. «Cuando el sistema de filtración y drenaje del agua residual colapsa –cuando hay riadas, por ejemplo–, los productos menstruales pasan a ser uno de los principales residuos marinos flotantes«.


El estudio recuerda también que la obtención de algunos componentes de los productos menstruales de un solo uso contribuye a la deforestación, como es el caso de la pulpa de madera, presente en tampones y compresas y que actúa como material absorbente.


Según el análisis de vida de los productos reutilizables, una persona menstruante –el informe utiliza este término para incluir, además de a mujeres, a hombres trans y personas no binarias–, puede evitar 26,1 kg de CO2 equivalente cada cinco años si sustituye los tampones por una copa menstrual.


¿Cuánto tardan en biodegradarse?

Las compresas tardan en torno a 300 años en degradarse. Los tampones, depende: los que tienen aplicador de plástico tardan también cientos de años, y los que no lo tienen tardan unos cien meses.




Nosotras os traemos las mejores soluciones para remediar el desperdicio de residuos plásticos y todo lo que ello conlleva.



La copa menstrual:

Es un recipiente reutilizable en forma de embudo que se introduce en la vagina para recoger el flujo durante la menstruación.


A diferencia del tampón, la copa no absorbe el flujo y este proceso es mucho más sano para tu cuerpo, ya que el tampón “atrapa” la humedad de la mucosidad vaginal y eso puede alterar la flora bacteriana natural, además del riesgo de que queden restos de fibras.


La copa menstrual es totalmente reutilizable, su material está diseñado para una larga duración, alargando su vida útil hasta los 10 años de uso. Solo tienes que limpiar y desinfectar bien la copa antes y después de la menstruación. En cuanto a la duración de la copa menstrual, se estima que puede ser usada entre 8 y 12 horas aproximadamente, siempre dependiendo del cuerpo de cada mujer y sus necesidades.


Otro aspecto a comentar es su comodidad, al ser un material relativamente grande puede parecer que no acabe de amoldarse al cuerpo, produciendo así molestias o rasguños pero para nada. Es muy fácil de colocar y se ciñe muy bien.


Existen dos técnicas de colocación y, aunque quizás requiere un poco de practica al inicio, es super cómoda una vez le pillas el truquillo.


El único lado negativo de la copa es que hay más contacto con la sangre, lo cual puede ser molesto si te encuentras en un baño público. Al insertar o extraer la copa es posible que te manches los dedos.


Puedes encontrar la copa menstrual en cualquier farmacia, tiendas zero waste o supermercados.





Otra alternativa es usar compresas de tela, perfectas para apostar por una menstruación cero residuos:


Esta esta hecha con materiales sostenibles y muy absorbentes. Absorben tan rápido que no notas que estás mojada en ningún momento. Están hechas de materiales naturales respetuosos con tu cuerpo y el medio ambiente.


Además, son muy suaves y agradables con tu piel, evitando alergias, roces y otras incomodidades que las compresas convencionales provocan. Esta alternativa es perfecta para todas aquellas mujeres que tienen una piel sensible, ya que pueden evitar el contacto con materiales que conllevan químicos y que pueden irritar la piel.


En casos de flujos realmente muy abundantes, es posible que haya que cambiar incluso cada tres horas, pero por norma general puedes usarlas hasta unas 6 u 8 horas. Después de su uso, puedes limpiarlas a mano o en la lavadora con agua fría.


Existen distintos tamaños y estampados para adaptarse a todos los cuerpos y gustos.

En cualquier tienda zerowaste podrás comprarlas y no son muy caras, ¡además que solo lo vas a pagar una vez, así que amortizas dinero a lo largo!




La braga menstrual es otra alternativa para evitar comprar compresas de un solo uso.


Son perfectas para todas aquellas mujeres que se inician con la menstruación, ya que su uso es muy simple.


Las braguitas menstruales son como unas braguitas normales, pero en la zona de la entrepierna tiene una serie de tejidos que permiten absorber, aislar y almacenar la menstruación sin que se produzcan manchas en la ropa. Además, al absorber la sangre, las bragas menstruales no se hinchan, por lo que no hay un «efecto pañal».


Los tejidos de los que están hechas son muy absorbentes, anti bacterias, transpirables y lavables, es decir, las braguitas menstruales se pueden reutilizar, lo que las convierte en una alternativa ecológica de tampones y compresas de un solo uso.


De manera general, las bragas menstruales suelen estar hechas de al menos tres capas de tejido:

  1. Forro: que está en contacto con la piel. Suele ser de algodón y es hipoalergénico, anti humedad y es importante que evite la irritación. La parte interior tiene que evitar que la sangre salga.

  2. Zona interior: de un tejido absorbente como el bambú, y anti bacterias.

  3. Zona más exterior: tejido totalmente impermeable.


Tienen un promedio de vida de tres años, dependiendo del uso que cada una le haya dado.

Son de larga duración, ¡Hasta 12 horas! Luego solo tienes que lavarlas y podrás volver a usarlas. Es una gran alternativa, ya que es simple, económico y sostenible.




Nosotras usamos la copa menstrual y la acompañamos los primeros días de más sangrado con una de las dos últimas opciones.

Escríbenos en los comentarios cual es la opción que mejor te funciona a ti o si usas otra alternativa distinta.


¡Únete al cambio!

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