¿Qué pasaría si las aguas residuales se convirtieran en fertilizante?
Actualizado: 16 nov 2023
Las aguas residuales que se drenan de los estanques de lodos de las depuradoras tienen el potencial de desempeñar un papel en una agricultura más sostenible, según apunta un grupo de investigadores de la Universidad de Drexel.
Un nuevo estudio, que analiza un proceso para eliminar el amoníaco de las aguas residuales y convertirlo en fertilizante, sugiere que no solo es de lo más factible, sino que además ayudaría a reducir la huella ecológica y energética de la producción de fertilizantes, e incluso podría proporcionar numerosos ingresos para los servicios e instalaciones públicas de tratamiento de agua.
La producción de fertilizantes es un proceso que consume mucha energía y representa casi el 2 % de las emisiones mundiales de CO₂. Durante los últimos años, los investigadores han explorado alternativas a un proceso de producción que ha sido el modelo a seguir durante décadas. Una nueva posibilidad que ha sido planteada recientemente por algunos proveedores de agua sería obtener nitrógeno del amoníaco residual extraído del agua durante el tratamiento de las aguas.
Según los expertos que han formado parte de esta investigación, recuperar el nitrógeno de aguas residuales representaría la creación de una economía de nitrógeno circular. Esto significaría que no solo se reutilizaría el nitrógeno ya existente, sino que además el gasto de energía disminuiría y se limitaría la generación de CO₂. Esto significaría una mejora para la agricultura, puesto que sería una práctica sostenible que podría llegar a convertirse en una fuerte fuente de ingresos para empresas de servicios públicos encargadas de las aguas.
El amoníaco se ha convertido en una preocupación los últimos años, ya que para los entornos acuáticos puede representar un crecimiento excesivo de la vegetación en arroyos y ríos, y poner en peligro a miles de especies distintas de peces y otros animales que habitan las aguas. Eliminar este producto que encontramos en nuestras aguas no solo consume un gran tiempo y espacio, sino que representan un gran consumo de energía.
Es por eso que, una de las opciones que está barajando Europa y parte de América es el desmontaje por aire, que se encarga de eliminar el amoníaco subiendo la temperatura y el pH del agua lo suficiente como para que lo químico se convierta en gas y, por ende, pueda recolectarse de manera concentra como sulfato de amonio. Sin embargo, el desmontaje requiere un estudio complejo llamado análisis del ciclo de la vida, de su viabilidad tecnológica y financiera.
Según los investigadores, convertir las aguas residuales en fertilizante presenta una alternativa para la producción química que no es tan nociva para el medio ambiente y la salud humana que el proceso actual. Además, sugieren que los proveedores de servicios de agua podrían invertir en tecnologías que capturarían fósforo para reciclarlo y usarlo en la agricultura.
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